¿Por qué Debemos Creer que Existe el Cambio Climático?

El cambio climático es un conjunto de fenómenos del medio ambiente, específicamente relacionados con modificaciones en el clima, que afectan la vida del planeta. Algunos de estos tienen que ver con un aumento de temperatura en la Tierra que pone en peligro a prácticamente todas las especies vivas. 

Ejemplos de estos cambios son que en los últimos años tenemos veranos mucho más calurosos e inviernos mucho más fríos. Otros son el aumento de desastres naturales como incendios forestales. Muchas personas han querido explicar estos cambios argumentando que son parte de los ciclos del planeta.

Sin embargo, cientos de científicos han presentado datos que señalan que no es así y que, por el contrario, son eventos que están estrechamente relacionados con las actividades humanas. Especialmente, con el uso de combustibles y la con la contaminación que estos generan. Así lo señaló el ganador del premio Nobel de química, el Dr. Mario Molina.

Los combustibles fósiles, que seguimos usando como fuente principal, generan gases que se acumulan en la atmósfera -los gases de efecto invernadero. Estos hacen una especie de tapa que acumula el calor del planeta; ese calor es alto debido a la energía que generamos nosotros.

Si no creemos que el cambio climático es real, entonces, no haremos nada al respecto. No presionaremos a los gobiernos a que mejoren sus políticas y que atiendan estos cambios. Y, si no los atendemos, veremos cómo nos vamos quedando sin recursos y seguiremos poniendo en peligro una naturaleza ya en riesgo.

Algunos ecosistemas están ya desapareciendo, como los arrecifes o los polos que se están derritiendo. Y el desbalance que esto está provocando a nivel global es inimaginable. Para que nos demos una idea, si se derriten los polos, el nivel del mar subirá al grado de que haría desaparecer varias ciudades y costas como las conocemos hoy. 

El cambio climático es real y es un problema de todos. ¿Qué podemos hacer como ciudadanos? Primero, informarnos. Luego, tomar medidas que reduzcan la cantidad de combustible que usamos y, quizá lo más importante, presionar a las autoridades a que firmen acuerdos a favor del medio ambiente y los cumplan. Aún tenemos una ventana de oportunidad para enmendar el camino.