Hacer Home Office sin Enloquecer en el Intento

Hacer home office puede ser un sueño: menos horas en el tráfico, estar en casa más tiempo, sentirte más relajada, incluso, para mucha gente implica comer mejor y ahorrar porque ya no gastas en gasolina ni en comida fuera de casa.

Pero, para que ese sueño no se vuelva una pesadilla que multiplique el estrés, es conveniente dedicarle un poco de tiempo a organizarte mejor.

Lo primero que puedes hacer es convertir un espacio de tu casa en oficina. Pon un escritorio o mesa con lo que necesitas para trabajar. Si es tu estilo, coloca algunas frases motivacionales sobre cómo quieres que sea tu día. Adornar con una planta puede ser otra manera de acondicionar el espacio; lo importante es que sea muy claro que esa es la zona de trabajo.

Si tienes poco espacio en casa, lo mejor es que utilices organizadores. Por ejemplo, cajas plegables en las que puedas guardar todo lo del trabajo durante las tardes o el fin de semana y que tu casa no se vea alterada por el trabajo.

Algo muy importante que hay que hacer para que el home office funcione es delimitar el tiempo y, para eso, mantener una rutina es esencial. Modifica tus horarios de tal manera en que aproveches el tiempo que te ahorras en el tráfico pero que no signifique que empiezas a trabajar tarde y en pijama -bueno, algunos días está bien.

La rutina da estructura y la puedes apoyar con un espacio bien organizado, así, si a las 5 de la tarde ya terminaste de trabajar, puedes cerrar la jornada laboral y no regresar a ella hasta el día siguiente. Uno de los problemas que tienen muchas personas que hacen home office es que extienden sus horas de trabajo porque la casa es la oficina. Respetar la rutina puede prevenir que esto pase.

Hacer home office tiene muchísimas ventajas y una buena organización puede hacer que las disfrutemos mucho más.