Evita desperdiciar alimentos en las fiestas decembrinas

Diciembre es un mes que se llena de fiestas: desde las posadas, las comidas del trabajo y con los amigos, Navidad, hasta la celebración Año Nuevo, es un desfile de celebraciones. Es muy común que en estas fechas la comida sea especial, diferente y abundante.

Con mucha frecuencia sucede que hay tanta comida que la cantidad sobrepasa lo que los invitados pueden comer. En México, y en muchos otros países, en Navidad se cocina pensando en que la cena alcance para el día siguiente y poder continuar la reunión en lo que llamamos el “recalentado”.

El recalentado es una excelente estrategia para evitar el desperdicio de alimentos. Pero, a veces, sucede que, incluso pensando que al día siguiente seguiremos comiendo la cena navideña, la comida es demasiada. Después de 2 días de recalentado, ya nadie quiere comer las sobras del pavo.

El desperdicio de comida es un problema a nivel mundial y, tan sólo en México, se desperdician 38 toneladas de alimentos por minuto. Y, a nivel mundial, se calcula un desperdicio de 1,300 toneladas.

Acciones simples pueden ayudar a que no desperdiciemos la comida, aquí de te damos algunos ejemplos:

Calcula bien las porciones por persona y, sobre eso, compra y cocina lo que se necesita. En el caso de las fiestas decembrinas, es muy útil considerar la cantidad de platillos que estarán en la mesa, incluyendo las botanas y postres.

Por ejemplo, si vas a tener 10 invitados y 5 platillos diferentes, podrías cocinar menos cantidad de cada uno y promover que se sirvan de cada cosa. Así, los platos serán variados y la comida cocinada será suficiente.

Si sobra mucha comida, puedes congelarla, ya sea en porciones o toda junta, e irla descongelando para comer en días posteriores a la cena. Esto evitará que la tires porque se echó a perder. En el congelador, la mayoría de los platillos duran hasta 3 meses.

Pide a tus invitados que se lleven un poco de comida; si lo planeas con anticipación, solicita que lleven sus envases, o bien, ten a la mano bolsitas que cierren herméticamente.

Planea que, al día siguiente, llevarás los sobrantes a alguna asociación o institución que puedan aprovecharlos. En el caso de Navidad y Año Nuevo, esto puede ser complicado porque la mayoría de estos lugares están cerrados; pero, si averiguas con anticipación, puedes acordar que llevarás comida un día después o algo parecido. 

Estas acciones son algunas estrategias que pueden ayudar a que no tiremos tanta comida y que aumentemos las cosas que hacemos por mejorar nuestra relación con el medio ambiente.